lunes, 4 de mayo de 2009

El clan de "No soy de ningún grupo"



Veo fotos de un grupo de amigas al que yo creí pertenecer en el pasado, eso digo, creí pertenecer porque en realidad no sé si formaba parte de él, o si lo hacía, no era un grupo de amigas, sino un grupo de compañeras de fiesta y de jorgorio. Muchas veces las miro y me entra tristeza, la verdad, me gustaría seguir sintiendo que formo parte de él, o si no es de él, de algún otro. Soy una persona que no ha conservado amigas de los dos colegios a los que fuí, aún de la universidad mantengo a dos, aunque hace un par de meses retomé la amistad con una amiga del primer colegio y es curioso, ella pertenece al mismo clan que yo, al clan de "no soy de ningún grupo". No he sabido conservar amistades en el pasado y no comprendo por qué unas personas mantienen que si su grupo de amigos del barrio, amigos del colegio, amigos de la parroquia, amigos de la universidad o de otros lugares por los que hayan pasado y sin embargo yo no, ¿acaso soy un bicho raro?

Aristóteles decía que el hombre es un ser social por naturaleza y que necesita relacionarse con el resto de la Humanidad. Además de la necesidad de las relaciones humanas, el hombre siente la de pertenecer a un grupo y creo que es porque proporciona sensación de seguridad: yo pertenezco al grupo de mi familia, al grupo de mis amigos (en caso de que lo tuviera), etc...

Reconozco que siento esa necesidad y envidio a aquellos que saben cómo preservarlo. Quizás no lo tenga, porque no lo haya querido tener. Un grupo implica el cumplir unas "normas", aunque implícitas, siempre hay normas. La norma de quedar "X" día en el bar de Pepito, de no irte más de "Y" horas a casa,... y yo no soy de las mejores cumplidoras de normas sociales, siempre he ido un poco por libre, me sentía atada cuando eso pasaba. Quizás fue esa la razón, o quizás también sea mi forma de ser. Tengo una personalidad a la que le costó superar la timedez de su adolescencia, que le cuesta coger confianza con las personas que conoce de primeras, y que le gusta tener conversaciones profundas con personas interesantes. Quizás sea esta, otra razón que se sume a la anterior por la que actualmente no siento que pertenezco a ningún grupo de amigos. No digo que las conversaciones dentro de un grupo me disgusten, me gustan mucho porque me divierto y me encanta cuando surge una carcajada, el cuerpo se me llena de alegría, y disfruto y eso es algo que a veces echo de menos...

Sobre mis amistades, pues unas son una allí, otras son de allá y otra de acá.. todas muy buenas pero separadas, sin intereses comunes, sin poder unirlas, sin poder formar un grupo, del que yo sentirme parte de. Muchas veces me hago la dura y digo que no necesito formar parte de nada, sino que me vale con mi familia y la gente que me quiere de mi alrededor pero no sé si es un autoengaño. También reconozco la necesidad de tener una "mejor amiga", una figura principal de cualquier mujer, de la que cuando una lo dice la otra se pone celosa porque no lo es. Es, se supone, la confesora de nuestros problemas, la que da mejores consejos, a la que contamos nuestros secretos, y sobre la que más confiamos.

Las amigas de las que hablaba al principio eran buenas amigas o compañeras de fiesta a las que no guardo ningún rencor. No sé si seguiría formando parte de ese grupo si no me hubiera enfadado con una de ellas, pero era inevitable. Ella y yo eramos totalmente opuestas y diferentes, y chocábamos contínuamente, aunque con ella aprendí, también me hizo sufrir, asique decidí sacrificar el grupo y separarme de ella, a partir de ahí suspiré, digamos que el grupo es el precio que yo pagué o quizás no, quizás hubiéramos ido por caminos diferentes sin que hubiera tenido lugar dicha enemistad.
A veces dicen que las amistades pasan por la vida de uno para cumplir "una misión", la de enseñarte algo y que cuando esta se ha cumplido, la persona desaparece de tu vida.

Otra cosa de los grupos que no me gustan es la potestad de expulsar a uno de ellos sin piedad mientras el resto ni se inmuta.

También hay que diferenciar el mundo femenino, ¡es verdad!, son de sobra conocidos nuestros enfados, enfrentamientos o separaciones después de haber vivido intensamente muchas situaciones y al final, por cualquier estupidez deciden tomar caminos diferentes. No sé si es porque nosotras compartimos más intimidad que los hombres. Es cierto que no está bien generalizar pero normalmente el género masculino es más reacio a contar sus preocupaciones y problemas. Cuando una mujer le cuenta "sus cosas" a otra mujer, además de ser muy terapeútico para la primera, les permite empatizar y crear un vínculo de unión que no se hubiera creado si hubieran pasado la tarde jugando al fútbol (quizás sea una visión de la que se me pueda tachar de sexista, pero realmente creo que es así aunque haya excepciones).

En fin, una maraña de pensamientos, salieron de mi mente sin pedir permiso y se plasmaron en palabras (ellas están contentas, porque ahora ellas mismas forman parte del grupo de la "nueva entrada" del blog).

...continuaré mi andadura en la vida perteneciendo al clan de "No soy de ningún grupo" porque no lo soy... o ¿quizás si? ¿quizás lo sea del mundo entero y no me doy cuenta de ello?

1 comentario:

Edu dijo...

El ser humano, suele buscar refugio, en un ente colectivo, sea patria, pandilla o club social. Con ello busca la pertenencia a la sociedad, por ese medio, el dia que la busque por su propio afecto a lo colectivo y no por medio de el, se hara mas libre.
Un Saludo.