jueves, 23 de mayo de 2013

Disfrutar de lo rápido que corro en patines


Con mi hermano, agitando con un palo para conseguir piñones en el colegio durante el verano, para llevárselos en una bolsa y enseñarle a mi madre mientras trabajaba, todos los que habíamos cogido todo orgullosos.

Con mi hermano, jugando a los clips, coches, lego,... con toda la habitación plagada de pequeñas piezas, inventándonos historias de las que no nos cansábamos.


Con mi hermano, patinando con la sensación de que iba a una gran velocidad por la antigua pista de patinar del Retiro disfrutando con una gran emoción y mirando con curiosidad lo que hacían los mayores: piruetas bien complicadas a través de latas de coca-cola.

....


Dicen, que volver a ser un niño es lo que necesitamos los adultos para disfrutar realmente de la vida, sin embargo:
          No creo poder volver a esa ilusión sin que haya una razón
          No creo poder volver a esa ilusión que brota por dentro sin motivo alguno
          No creo poder volver a no pensar cuánto tiempo me queda para,
          No creo poder volver a disfrutar de lo rápido que corro en patines, y ya
         
Creo que mi mente está poblada de preocupaciones, de organización, de trabajo, de malentendidos, nuevas ideas (cosas buenas también por supuesto) ...  pero que no me permite volver a lo que fuí y que tanto añoro: el disfrutar porque me sale de dentro, el porque sí,...
¡QUÉ BELLO!