domingo, 30 de agosto de 2009

Dos concepciones que se desmoronan

Conforme he ido creciendo en edad, mi conocimiento sobre las cosas y sobre la vida ha aumentado. La madurez me ha llevado a darme cuenta de que en mi mente convivían concepciones formadas y nunca experimentadas que, cuando llegó el momento de ponerlas en práctica, chocaron con la realidad desmoronándose y llevándome a hacerme miles de preguntas.

Una de las concepciones que tuve durante mi vida universitaria era que los estudiantes que obtenían buenas calificaciones, tenían asegurado su éxito en el mundo profesional. Otra, que el trabajo servía para realizarse profesional y personalmente.

Una titulación te permite acceder a puestos de trabajo cualificados, pero me he dado cuenta de que un candidato es valioso por su cualidades personales: seguridad, capacidad de resolución, habilidades sociales, saber trabajar en equipo, etc.. (algunas capacidades más importantes que otras dependiendo de las necesidades del puesto) y todas ellas son cualidades que nadie te enseña, que uno aprende de su vida social y familiar y no sé si tendrán algo que ver los genes en ello. Lo valioso es lo que añade valor, uno puede tener conocimiento (lo aprendido en la universidad) pero es insuficiente porque se ha aprendido de forma teórica y nunca se va a adaptar 100% al proyecto en el que esté sumergido.

Sobre la segunda concepción aún estoy reflexionando porque me niego a aceptar tal afirmación (derrumbaría gran parte de mis cimientos, de mi motivación...) "El trabajo es trabajo, al final lo que importa es salir a las 3 y tener el resto del tiempo para hacer lo que quieras". Conozco a personas que están muy satisfechas en el trabajo y comprometidas con la compañía, les gusta lo que hacen y les lleva a desarrollarse profesionalmente y personalmente por el Coaching que reciben.
Durante los 3 años que llevo trabajando he buscado mi desarrollo y creo que lo he conseguido pero a costa de invertir mucho tiempo de mi vida, disminuyendo mi vida personal. Ahora estoy en búsqueda de otro trabajo que me permita conciliar ambas vidas, pero por ello ¿tendría que sacrificar la idea de seguir desarrollándome? la crisis, aumento de competidores, quizás no tengo las suficientes cualidades personales para desarrollar un puesto que me satisfaga, quizás soy muy exigente, no lo sé...