viernes, 4 de mayo de 2012

Ejercicio

Voy a intentar hacer un ejercicio. Me gustaría expresar con ciertas y diversas palabras, mi interior, pero evitando hacerlo de una manera explícita y fácil, intentando que las palabras lo digan todo pero sin hacer una descripción:

Apacibilidad                
      Construcción 
                                              AtontamientoSatisfacción 
                           Decisión 
                                                                           Iniciativa 
                                                      Demonios 
         Novedad      
Trabajo 
                             Sabor Risa 


                                                     
                                                          Cariño Incertidumbre

El orden de los nombres o adjetivos no significa nada. Lo que intento es agrupar un compendio de mi sensación interna, el entorno que me rodea y las circunstancias por las que transcurre actualmente mi vida, ¿lo he conseguido?

Mi rincón acogedor


Tengo un nuevo rincón. En él, la espera es más apacible, de otra manera.
¡Me encuentro tan bien! 
En este rinconcito...
hecho siestas después de comer,
duermo por la noche en las piernas de mi chico,
paso horas y horas leyendo libros y revistas de diversos temas, 
meriendo y a veces desayuno, 
charlo con mis amigas, 
enciendo mis velas,
tengo mis mantas para cuando hace frío y las ventanas para cuando paso calor,
estas además, me permiten mirar los coches pasar y a la gente haciendo ejercicio o montando en bicicleta haga el tiempo que haga. 
Está claro que este, es mi lugar favorito de la casa.

domingo, 29 de enero de 2012

La espera

En marzo de este año, van a hacer dos años.
Está siendo larga, muy larga la espera.
Sé que marcará mi vida con un antes y un después.
Diría que no es un hecho extraordinario, pues mucha gente ha pasado y pasará por ello.
De hecho, hace tiempo viví una experiencia semejante.

Siento que esta espera me cansa, me agota... (es algo que verdaderamente necesito).
Ya experimenté otra espera en el pasado y quizás con mayor incertidumbre: esperé a mi compañero mucho tiempo antes de conocerle, y después, un año más, hasta que vino a vivir a mi ciudad.

La espera me desespera, me vuelve irritable, no me deja más que imaginar cómo será, sin llegar a ser.

Es verdad que esta vez no estoy sola, es una espera compartida.
Esperamos conjuntamente, al principio con mucha ilusión, y luego, en los últimos momentos, ha derivado en hastío.
Pienso que al menos, compartimos el mismo sentir; lo malo, la incomodidad ...y la maldita espera.