domingo, 17 de febrero de 2013

Doy lo mejor de mi


Doy lo mejor de mi, mi cariño, mi qué tal estás, mi buen trato, mi buena educación, mi respeto ante opiniones diferentes, en entornos que no son ni mi familia ni mis amigos ni mi pareja y sin embargo siento que no recibo lo mismo. Quizás el problema sea mío porque espero, quizás... pero a veces pienso que un qué tal no cuesta nada.

¿Qué gano siendo respetusa y de buen talante cuando otras personas con mal carácter, con la mecha muy corta, a las que casi no se les puede decir nada porque saltan, o te gritan, porque no tienen respeto por tus opiniones diferentes consiguen lo que quieren, consiguen que les saquen más tiempo en el partido, consiguen que la charla de la evaluación en el trabajo sea distinta?

¿Realmente merece la pena ser amable?

Valoro mucho a las personas que tienen buen carácter pero siempre en el camino de la vida me he encontrado con esas personas de difícil carácter a la que no sé cómo tratar, como llevar... que me causan mucho rechazo. Por una parte, creo que es buena la fuerza que sacan para conseguir las cosas y creo que eso podría aprender de ellas porque a veces he de decir que me falta garra, pero respecto a todo lo demás, no quiero nada de ellas, no las quiero en mi vida, pero no puedo hacer nada porque forman parte de ella cuando salgo fuera de mi espacio de confort.

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