lunes, 30 de marzo de 2009

Amor en la red (Parte I)


Érase una vez una chica que buscaba el amor y no lo hallaba. Salía y conocía a gente pero ninguno parecía ser el chico adecuado para ella.

Un día, siguiendo el consejo de una amiga, decidió probar suerte en la red. Para ello, se inscribió en una página de contactos donde creó su perfil. En él subió sus mejores fotos y sus mejores palabras, como cuando en una fiesta uno va con sus mejores galas. En la página, hizo una descripción breve de lo que quería encontrar, se describió físicamente, sus aficiones, gustos, quehaceres en el tiempo libre y preferencias sobre la persona que le pudiera interesar.

"He visto algo de luz y entré", así hablaba una pequeña ventanita desde el chat de la página de contactos; "mmm..., quién es ese que me habla de esa manera" pensó la chica. Rápidamente y sin pensarlo dos veces, se aventuró a visitar el perfil de esa persona anónima que le estaba hablando tan dulcemente. "mmm... en la foto no se ve mal. Es más o menos de mi edad, y de estatura... ah! pues es alto!, y ahora, ¿qué le respondo?"

La conversación fue breve: "Si, dejé abierta la ventana", es lo que le ocurrió a la chica algo nerviosa, ya que intuía que la persona que estaba al otro lado de la red podría ser alguien especial y quizás la que había estado buscando con tanto interés durante tan largo tiempo. La otra persona preguntaba, y a cada respuesta que sacaba de ella, encestaba una canasta. "También es divertido" pensó la chica, "dónde estará Puerto del Rosario,parece el nombre de un pueblo". La chica, aunque quería continuar hablando con la estrella encontrada, tenía que echarse a dormir porque al día siguiente trabajaba, aún así, se intercambiaron los e-mails para un posible contacto futuro.

A los dos días siguientes, la chica se conectó al chat, el chico "dulce y divertido" le había agregado, "¡vaya!" así exclamó cuando se abrió una ventana de conversación. Fue una noche larga, donde además de intercambiar frases de messenger, volaron mensajes de móvil en el ambiente:
"Me gustó ver tu flechazo" (en la página de contacto había la posibilidad de lanzar un flechazo a la persona sobre la que estabas interesada)
"Aunque igual te saludo aunque no sea fiesta" (se dieron el móvil con la excusa de saludarse en Navidad)
"Cada día me alegro más de haberlo activado"
"Yo creo que nos puso en contacto… el resto es lo que hagamos nosotros" (así fue lo que concluyó)
"Yo tb. Me ilusiona mucho este viaje a Madrid… Quisiera ir ya!" (deseaba ir a visitarla a Madrid)
"¿Sabés que pasé todo el día pensando en vos?" (pasaban los días y la chica recibía mensajes como estos)

Conversaban largamente por el chat algunas noches, lo pasaban muy bien, ¡vaya! la chica estaba entusiasmada, había encontrado a una persona con la parecía que congeniaba. Lo malo, estaba lejos. El chico vivía en Fuerteventura, una de las islas del archipiélago canario.

Pasaron las Navidades enviándose mensajes de móvil, deseando que llegara el día 12 de Enero, día en que pensaban encontrarse en el aeropuerto. Él venía por motivos de trabajo durante una semana a Madrid pero también deseándo verla.

Ella esperaba en una columna cuando él apareció.

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